Empoderamiento

Empoderamiento

martes, 3 de noviembre de 2015

¿Puedes imaginarte libre?

Yo creo que de las cosas que más me costaron trabajo en mi proceso de reinventarme fue soltar. Suena muy fácil ¿no?... Por todos lados escuchaba: Suelta las cosas, fluye y todo estará en armonía. Sabía perfectamente que era cierto y pensé que lo estaba logrando, pero cada que reaccionaba en automático en ciertas situaciones me daba cuenta de que no era así.

Y es muy curioso que las mujeres carguemos con todo lo que nos pongan enfrente. Toda la vida nos condicionaron a el cuidado de las demás personas, de tomar la responsabilidad de sus vidas y hasta de sentir culpa cuando no lo hacíamos “bien”. Como adultas tomamos la responsabilidad de nuestros hijos hasta tal punto que ni siquiera los dejamos vivir… ¡Si, vivir! ¿Cuántas no estamos metidas hasta el cuello en la escuela de nuestros hijos? Es más importante su calificación a que aprendan, que sean perfectos, ya que significa que mamá lo es también. Y en qué momento se harán responsables de sus vidas, de sus cosas. Como bien dice Vidal Schmill: "Si haces las cosas bien, tus hijos se van a ir. Si haces las cosas mal, tus hijos se van a ir. Si haces las cosas pésimo, tus hijos se van a quedar". ¿Les estas dando alas para volar o los escondes del mundo para que siempre dependan de ti y sigas siendo “útil”?

Seguramente a muchas nos enseñaron que las hermanas le servían al hermano o al papa (y seguramente eso nos lo enseño una mujer: Mamá) y entonces muchos hombres van por la vida creyendo que las mujeres son para servirle. Mamá no les enseña ni a lavar un trasto y la esposa no lo deja ni hacerse un huevo. Entonces toda la vida la mujer esta angustiada de que su casa este perfecta, sus hijos perfectos y su pareja también, porque esa es su “realización” y su modo de valer. Cuántas mujeres no se toman ni un día para ellas porque sin ella su casa se cae, literalmente.

En lo profesional. Estamos más preocupadas por serle “útil” al jefe, por servirle, a ser su mano derecha aunque eso no forzosamente signifique ni un mejor puesto, ni un mejor sueldo, ni ningún beneficio. Dejar que los demás brillen está bien, no parezcamos sobradas o pedantes ¿Verdad?

Pero llega un momento que tus hijos se van a hartar de que no los dejes ni respirar y entonces te vas a sentir ofendida y desechada. Tu pareja va querer convivir con sus amigos, entonces vas a montar en cólera y decir que es un malagradecido, como todos los hombres. Tu jefe te va correr y entonces vas a sentir que todo el esfuerzo es para nada. Pero ambas sabemos que lo único que quieres es el control, ya que controlando todo crees que todo va estar perfecto, que vas a ser perfecta, pero haces a todos rehenes de tus emociones y la principal prisionera, eres tú.

Cuando eres autoconsciente, si bien mejora la relación con las personas de tu entorno, el alivio, la paz, la tranquilidad que eso trae a tu vida, no tiene precio. Si dejas que cada quien se haga responsable de su vida y tu de la tuya entonces todo fluye. Si dejas de querer ser perfecta o la “mejor mujer” del mundo, tu alma descansa.


La Inteligencia Emocional te hace entender esa y muchas otras cosas haciéndote consciente de donde viene ese patrón mental y dándote las herramientas para cambiarlo. El cambio está en tus manos. Todo empieza por uno mismo; y lo mejor de todo es que esta a tu alcance... Y estamos para ayudarte. No lo olvides.

"Seamos luz del mundo"
Cynthia Aguilar

Formadora en Inteligencia Emocional, Financiera y Empoderamiento Femenino.

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